Además de las palabras de Cristo (en rojo, como algunas versiones de la Biblia), se hace un comentario cristocentrico. Dos ejemplos:

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Las Bienaventuranzas

(Bienaventurado -Makarios gr- quiere decir feliz, bendecido)

11 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”                        Mt  5:3; 6:20

Pobres de espíritu es porque sabemos que nada tenemos de las grandes riquezas espirituales que hay en el Reino. Cuanto mayor sea la conciencia de que nada somos, que nada tenemos, habrá más margen para crecer y tener. Por ello felices porque tienen en el Reino de Dios, y la entrada al Reino de los Cielos y sus grandes riquezas, y sobre todo, en tener comunión directa con Dios.

Esto se trata de reconocer nuestras limitaciones, nuestra pobreza espiritual. Lo contrario de esto: Los altivos, con orgullo espiritual y autosuficiencia, que ya se creen ser muy espirituales.

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El amor a los enemigos

37  “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra… Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen… Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?... ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” 

    Mateo  5:38-48

Lo normal es que todos amen a quienes les aman, hasta el peor de los asesinos amará a sus hijos. Amar a los que les aman, no es ningún mérito. El mandato de Cristo es, como Él lo hizo: amar a los que te aborrecen, hacerlo, es un paso más hacia el supremo llamamiento. Busca la perfección. Sé que no la lograrás, yo tampoco, ni Pablo, pero como él, intentémoslo día a día.