La enseñanza de Jesucristo
y los apóstoles
1 La Didaké
Cristianismo práctico en práctica
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TEXTO 2023 palabras
Clemente de Alexandría 150-216
1 FE y arrepentimiento
En el Nombre de nuestro Señor Jesucristo:
La Didaké es la enseñanza de Jesucristo, basada en el Evangelio del Reino. Las Buenas Nuevas del Padre.
La Iglesia en sus inicios tuvo muy activo un Manual de Doctrina aplicada, escrito por al año <70> aproximadamente. Autor anónimo. Muy probable de Alejandría, Egipto, donde el evangelista Marcos había establecido la enseñanza doctrinal, la que para el año 180 sería toda una escuela formal, en medio de filósofos y filólogos, sabios y científicos, muy bien estructurada, de alto nivel. De lo mejor en la antigüedad. Desaparció hacia el Siglo IV.
Esta primera escuela de doctrina o teología, se llamó “Didashkalion” (gr enseñando) y tuvo directores de alto nivel, algunos de ellos conocidos después como “Padres de la Iglesia”.
No hay indicios de que Marcos o algún otro Apóstol haya redactado la Didaché. Tampoco alguno de los Padres Apostólicos, aunque esta carta y su autor desconocido, fueron considerados parte de la obra de los Padres Apostólicos.
Pienso que fue discípulo alejandrino de Marcos, un maestro en la Iglesia, uno de los 5 ministerios fundamentales para la edificación de la iglesia. Fue redactado de manera muy pedagógica. Al maestro no le importa mucho su nombre, sino enaltecer el Nombre del autor y creador del motivo de su enseñanza.
Consta de 16 artículos, divididos en 4 partes:
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Enseñanza fundamental para el cristiano: Inicia con “Los dos Caminos”, el bien y el mal. Y dentro del bien, el amor. El amor a Dios y el amor a los semejantes, como base doctrinal, pues esta es la identidad del seguidor de Cristo, el autor y consumador de la fe, y el amor mismo.
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Instrucciones de la Liturgia, forma de celebrar el Culto al Señor, el ayuno, la oración, la Santa Cena.
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Disciplina, carácter y educación de los cristianos. Procedimiento del bautismo, hacer el bien, dar, ayudar y las advertencias para no abusar.
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Preparación para la venida del Señor, que nos encuentre vigilantes, alertas.
Fue muy útil para la Iglesia Primitiva, como guía de comportamiento cristiano, fue así hasta cuando la Iglesia es incorporada al Imperio Romano. En ese Período Histórico algunas doctrinas se dejan de practicar y se incorporan otras de la tradición romana, sin nada que ver con el Evangelio de Cristo.
En algún punto, esta Epístola se perdió, quizá por caer en desuso. Fue encontrada hasta recién en 1873 y se publica en 1883. Ahora ya sin uso práctico, solo como un documento histórico.
Puede acceder al texto completo publicado por
En nuestra función como Ministerio de Enseñanza Sembradores de La Buena Semilla, estamos presentando algunos de los puntos doctrinales actualizados a nuestro tiempo. A modo de prueba. Si a usted le parecen bien, correctos, en respeto al propósito de Dios, haremos otro bloque. Confiamos en que el Santo Espíritu de Dios nos guíe.
Esta Didaké es el mismo origen: El Evangelio de Jesucristo y las instrucciones de los escritos de los apóstoles. Cambian los tiempos, pasan las culturas y civilizaciones, pero la Palabra de Dios es inmutable, no cambia, solo veremos cómo aplicar estos principios doctrinales en nuestros días.
La Didaché
Es como se conoce el documento mencionado. Didaché, Didaké, también Didajé, es lo mismo, solo cambia la pronunciación, según la fuente. El significado en cualquier caso, desde el griego, es “Enseñanza”. Usaré Didaché para referirme a la antigua versión del año <70>, y Didaké para este ejercicio.
Didaké, del griego διδάσκων ‘enseñanza’
El Nuevo Testamento fue escrito en griego y en arameo. De ahí la transcripción de esta palabra, escrita así, en los originales griegos, siempre que se refiere a alguna forma de enseñanza de Jesucristo y los apóstoles.
Pero Didaké, no es el único vocablo para referirnos al Ministerio de Cristo y los apóstoles, dado que el ministerio del Señor, cubría tres funciones:
Enseñar, predicar, y sanar:
«Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas,
enseñando en las sinagogas de ellos, y
predicando el evangelio del reino, y
sanando toda enfermedad y
toda dolencia en el pueblo.» Mat 9:35
Esto es:
Enseñando διδάσκων Didaké o didaché o didajé
Predicando κηρύσσων Kerigma
Sanando θεραπεύων Terapeu (y otras según el contexto)
Esto lo hacía principalmente entre el pueblo, no entre los ilustrados y potentados. Su misionología fue hacia los más necesitados, primeramente, a mentes sencillas, dispuestas a creer, escuchar y ser sanados, porque son los enfermos, los que tienen necesidad de médico; y su forma de evangelizar, era en contacto personal, lo que hoy le podríamos llamar “evangelismo relacional” *. Más tarde los apóstoles llegaron a todos los ámbitos de la sociedad, desde el campo hasta los palacios.
El autor de esta carta, no tuvo para su estudio el Evangelio de Juan, al parecer en el año <70> es el mismo tiempo en que Juan estaba escribiendo su Evangelio en Éfeso o algún otro lugar distante de Alejandría, así que se basó solo en los evangelios sinópticos y algunas, no todas, las epístolas.
La Didaché no habla directamente de fe, solo 3 veces de pasada, no habla de arrepentimiento ni de salvación. Ya está implícita. Este documento fue preparado para los cristianos salvos, activos, en medio de persecuciones y pruebas, en un ambiente hostil, por tanto, su fe y su salvación, no está en duda. En este tiempo solo hay cristianos de fe. Son o no son.
En esta Didaké si incluimos fe y arrepentimiento, por si acaso para alguien le fuera necesario.
En las tres funciones del mensaje y hechos de Cristo, es requerida la fe y el arrepentimiento, son fundamentales. “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Romanos 10:17. La primera palabra del Señor en su ministerio fue: “Arrepentíos y creed en el evangelio”. Marcos 1:14-15.
Ciertamente la fe empieza por el oído, la mente lo puede analizar. Lo vital es que no se quede ahí, sino que siga su camino hacia el corazón (alma)… y llegue hasta su espíritu. Cuando La Palabra llega hasta lo más profundo del corazón, hasta su espíritu, causa convicción de pecado. Convence, de pecado y de juicio a la persona que aún está sin Cristo:
“Es cierto, soy un pecador, he hecho mucho mal, he ofendido innumerables veces a Dios, me arrepiento… no merezco nada… ¡Perdóname oh Dios!”.
Este sentir, esta convicción, activa la fe, la fe en Jesucristo. Y este solo acto de fe y arrepentimiento, otorga la salvación, el acceso al Reino de Dios, sacándole del reino de las Tinieblas.
“He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y se la comieron."
(Es la persona que no le importa el Evangelio, que no le cree a Cristo. Y el que no cree, ya ha sido condenado. Mar 16:16).
"Y parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó enseguida, porque no tenía profundidad de tierra; mas cuando salió el sol, se quemó; y se secó, porque no tenía raíz."
(Solo llegó la Palabra a la mente, quizá la analizó, pero no se quedó, se secó, no guardó la Palabra Sal 119:9).
"Y parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron."
(Los afanes de la vida, las tentaciones, el gusto por las cosas del Mundo. El corazón es engañoso Jer 17:9).
"Y parte cayó en buena tierra y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga." Mat 13:1-9.
(La Buena Tierra, es el espíritu de la persona. Cuando la Palabra penetra hasta su espíritu, se arraiga (Logos + Rhema), esta persona tendrá una verdadera fe, inquebrantable, no se volverá atrás. Resistirá las tentaciones, las pruebas lo fortalecerán, no más miedos ni temores, porque su confianza está en El Señor. Será capaz, y un privilegio, con gozo, dar la vida por Cristo en la persecución).
Logos:
La Palabra de Dios, en la Biblia. La Palabra Viva, Cristo es El Verbo.
Rhema:
La Palabra de Dios entendida y anidada en nuestro espíritu.
“Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el espíritu es vida y paz”. Ro 8:6 LBLA.
Logos + Rhema, igual a tener la Palabra, vivirla, sentirla. Está en nuestra mente, corazón y espíritu.
Para que La Palabra pase de tu mente a tu espíritu, debes creer verdaderamente. Tal vez solo crees que crees, pero no has creído realmente.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16
¿Se puede perder la salvación? Si, y no. Alguien que aparentemente es salvo, está en la Iglesia, pero se enfría y se va al Mundo, ¿no se perdió? Quizá no. Porque no se puede perder lo que nunca se ha tenido.
Quizá nunca había sido salvo. No había creído realmente. Había creído con la mente, y hasta con el alma (muchos predicadores, evangelistas y salmistas -cantantes cristianos- apelan a las emociones del alma, y funciona… de momento).
Pero si las palabras solo llegaron a la mente, incluso hasta el alma, si La Palabra no está arraigada, podría no permanecer. Podría la persona volverse al Mundo, o peor, vivir una vida tibia, incrédula, en la Iglesia.
Peor, porque están engañados, creyendo que creen, pero la Palabra no ha llegado a su espíritu. Viven una vida tibia en la Iglesia, carnal y almática. “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Ap 3:16. La vida del cristiano debe ser espiritual.
El que está afuera y frío, puede entrar y calentarse, más fácil que el que cree que está bien. Pero el que está en la Iglesia, tibio, cree que ya está salvo, solo porque creyó algo con la mente, pero podría estar perdido, y difícilmente, va a recapacitar mientras cree estar bien.
Aunque ciertamente, El Espíritu Santo puede activarlo. Si se arrepiente de su tibieza, puede ser rescatado. ”Se pues celoso, y arrepiéntete” (de su tibieza) Ap 3:20.
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Ap 3:21-22
Tus manos levantadas en la Iglesia, tus cantos, tus ofrendas, si no son con amor, con obediencia, con verdadera fe, como que no le sirven de nada al Señor, porque El dice:
“Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios”
1 Sam 15:22-23
“¡Obedezcan el mensaje de Dios! Si lo escuchan, pero no lo obedecen, se engañan a ustedes mismos y les pasará lo mismo que a quien se mira en un espejo: tan pronto como se va, se olvida de cómo era” Santiago 1:22-24
Cree y arrepiéntete para ser salvado por Jesucristo, que Su obra de redención hecha para ti, no sea inútil. Y si ya estás en la Iglesia, si ya “recibiste” a Jesús como tu Salvador, pero vives una vida tibia, arrepiente de tu tibieza, se celoso, se activo, pon en práctica lo que has aprendido en la Biblia, de tu pastor, lo que hayas estudiado y comprendido. Eso te debe dar fe, pero podría no ser suficiente, quizá convenga consagrarte mas, ¿no lo crees? ¡Claro que te conviene! El que ya está limpio, límpiese más.
El siguiente Tema, es “Los dos Caminos”
Este tema lo toca ampliamente La Didaché. Aquí entramos en su contenido. “Hay dos caminos, el de la vida y el de la muerte, y grande es la diferencia que hay entre estos dos caminos. El camino de la vida…”
Podría parecer un tema común, el bien y el mal, la Regla de Oro, Mateo 7:12, la perfección evangélica… Pero veamos cómo lo vivió la Iglesia de los primeros tiempos, seguro veremos algunas diferencias.
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